Melany y Enrique celebraron su boda en Can Ribas en un día de lluvia suave, de esas que convierten cada imagen en un cuento de hadas. La histórica finca, con su fuente y su exuberante vegetación, se convirtió en un marco íntimo para su celebración.
La lluvia le dio un toque especial al día, desde las suaves gotas durante la ceremonia hasta los divertidos momentos compartidos bajo los paraguas, un hermoso recordatorio de lo mágica que puede ser una boda bajo la lluvia. Su celebración demostró que a veces el clima forma parte de la historia de la forma más inolvidable.